La cultura del recuerdo

Mientras el rapero Travis Scott dedica un manifiesto musical a su Mercedes-Benz, el famoso arquitecto Norman Foster compara el 300 SL Gullwing con una obra escultórica. Como marca, además de fabricar vehículos extraordinarios, desarrollamos un enorme atractivo simbólico. ¿Cómo hemos logrado convertirnos en parte de la cultura?

23.07.2025 // Texto: Hendrik Lakeberg

2 minutos de lectura
1

COMPARTIR

Necesito comenzar este reportaje con un recuerdo personal. Soy pequeño y estoy sentado en el asiento trasero de un Mercedes-Benz E 200 de 1990. Es el coche de mis abuelos, y me parece enorme. Mi abuelo es taxista en Fráncfort. Más allá de su medio de trabajo, su Mercedes-Benz era una promesa de libertad. Recuerdo viajar en él al huerto de mis abuelos, todavía oígo la melodía de su motor, siento la fresca suavidad de sus asientos de cuero, veo brillar la madera negra y marrón del salpicadero… Lo realmente fascinante es que mi recuerdo ha dotado de un significado especial a un objeto cotidiano. Lo mismo les ocurre a miles de personas en todo el mundo. Esto tiene una explicación. Los vehículos de Mercedes-Benz transcienden su mera función de medio de transporte y se convierten en un bien cultural cargado de recuerdos. Son una muestra de la cultura del recuerdo, una experiencia que une a todas las generaciones que han conducido y conocido los modelos de Mercedes-Benz durante los últimos 100 años. 

Algo que también han vivido grandes artistas como Andy Warhol y Norman Foster, quienes equipararon la estética de sus Mercedes-Benz con esculturas y pinturas, inmortalizándolos como iconos, o el diseñador de moda Virgil Abloh que, inspirado por sus ídolos del hip-hop, ya de niño suspiraba por un Clase S. Nos sentimos como en la conocida canción de Janis Joplin en la que identifica a un Mercedes-Benz con una promesa de satisfacción y felicidad. 

El célebre arquitecto Norman Foster ha expuesto su 300 SL Gullwing como si fuera una escultura en museos de arte.

UN EQUILIBRIO ESPECTACULAR

Como marca hemos desarrollado un carisma extraordinario a lo largo de nuestro siglo de existencia. Hemos trascendido con éxito las experiencias y recuerdos individuales para convertirnos en un símbolo universal en la vida cotidiana y la cultura pop, grabándonos en la memoria colectiva de varias generaciones. ¿Por qué hacemos esta afirmación? Porque hay más de 16.000 menciones a Mercedes-Benz en canciones de rap y hip-hop y por las abundantes referencias a nuestra marca en obras de arte, libros, series, películas… Para conseguir esto previamente hemos tenido que alcanzar un equilibrio entre nuestra búsqueda incesante de innovación y excelencia tecnológica y una presencia cultural constante. 

Desde 1920, nos hemos alineado con personalidades, marcas y tendencias de la época. ¿Un ejemplo histórico? El cartel publicitario de 1928 con un Mercedes-Benz 8/38 PS Roadster delante de la casa de Le Corbusier (pionera en su época), en la colonia Weissenhof de Stuttgart. Casi un siglo después, seguimos en nuestra constante búsqueda de personalidades que encarnen el espíritu del momento. Hay muchos ejemplos: colaboraciones recientes con Off-White, Moncler, Sacai o Heron Preston; apariciones de nuestros vehículos en películas y series; eventos como el estreno mundial del Clase G eléctrico en Los Ángeles al que fueron invitadas estrellas como Bradley Cooper y Travis Scott (quien ofreció una electrizante actuación sobre el techo de un Clase G). Estos momentos son precisamente los que contribuyen a hacer de nuestra marca un producto atractivo y consolidan nuestro estatus icónico.

UN PEDAZO DE HOGAR

Sin embargo, hay que ganarse la pasión del público. Un reto que nos tomamos muy en serio, ya que nos esforzamos continuamente por cumplir, e incluso superar, las altas expectativas de nuestros clientes. Para los propietarios de un Mercedes-Benz, su coche es más que un simple medio de transporte: es un lugar acogedor, una fuente de enriquecedoras experiencias. Para muchos, es la realización de un sueño que comienza en la infancia y continúa durante toda la vida. Los pequeños sueños se hacen grandes y las experiencias de infancia se transforman en canciones pop con millones de oyentes. En Mercedes-Benz no nos hemos convertido en un símbolo cultural solo gracias a otros, sino sobre todo gracias a nuestro propio esfuerzo. Lo hemos logrado por nuestra continua atención al detalle; nuestra pasión por fabricar vehículos cada vez mejores. Quizá ahora, en algún lugar del mundo, haya un niño sentado en el Mercedes-Benz de sus abuelos, escuchando la voz de Janis Joplin en el sistema de sonido surround Burmester. Quién sabe si este recuerdo se convertirá dentro de unos años en un símbolo cultural que marcará a la siguiente generación. 

COMPARTIR

También te gustará

Mercedes-Benz Magazine

Un apasionante viaje lleno de nuevas experiencias y actualidad de nuestra marca. Suscríbete y descúbrelo.