“¡La estrella de Mercedes-Benz es majestuosa!”

Benjamin siempre ha amado los grandes sedanes, pero su Mercedes-Benz 280 SE 3.5, de la serie W 108, ocupa un lugar especial en su corazón. Esta es su historia.

25.08.2025 // Texto: Jörg Heuer

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Viajamos hasta Uster, cerca de Zúrich (Suiza), para quedar con Benjamin, un apasionado de nuestros vehículos clásicos. Es técnico comercial, tiene 33 años y a los 17 ya compró su primer clásico: “Ni siquiera tenía carné de conducir en aquel entonces; y mi Mercedes-Benz 280 SE 3.5 de la serie W 108, en gris plata metalizado (DB 180) con interior de cuero azul, era un desafío. Las puertas, los guardabarros y los asientos estaban desmontados; la parrilla del radiador se hallaba en el maletero y aunque el motor permanecía intacto, ya no funcionaba. El coche se encontraba aparcado en un garaje. Su restaurador había fallecido y con él, su proyecto de restauración. La supervivencia del 280 SE 3.5 peligraba”.

Benjamin, que ya había terminado la escuela y estudiaba para ser técnico en mecatrónica, estaba totalmente decidido a comprarlo. Era bastante barato debido a su mal estado de conservación. Pagó unos 1.500 francos suizos (alrededor de 1.600 euros) por el coche de sus sueños y, pese a sus daños, tenía su motor V8. ¿Su intención? “Devolverle la vida a esta belleza del asfalto y ponerla otra vez en la carretera”. En los siguientes diez años, invirtió muchos más francos y un sinfín de horas en la ‘recomposición’ del W 108 hasta que estuvo “como nuevo”. Lo desmontó por completo en el taller familiar y reconstruyó fiel al original. Ahora, la fecha de matriculación tras la exitosa reparación, el 19 de julio de 2023, se celebra como un segundo cumpleaños.

“Me encantan los Clase S históricos, y durante el largo proceso de restauración del 3.5 también tuve un Mercedes-Benz 300 SE de la serie 126 y un 600 SE de la serie 140 –cuenta Benjamin–. La estrella en el capó de los Mercedes-Benz es majestuosa, y para mí, la berlina más hermosa es, sin duda, la serie W 108. Está por encima de todo lo demás y es, en mi opinión, el clásico con la carrocería más fascinante de todas. En ella todo es armonioso y perfecto”.

UN GRAN FAN DE NUESTRA ESTRELLA DESDE PEQUEÑO

Benjamin heredó el gen de la mecánica de su padre. Hans-Ulrich, de 64 años, es mecánico de maquinaria agrícola y cuando Benjamin era pequeño, lo llevaba al taller que tenía detrás de su casa. Allí, aprendió a arreglar coches antiguos –especialmente de marcas francesas– y todo tipo de herramientas agrícolas. En este taller fue donde Benjamin tuvo su primer encuentro con nuestra estrella: “Tenía unos 5 años cuando mi padre hacía el mantenimiento del Mercedes-Benz 300 SE Fintail de la novia de mi padrino”.

Cuando Benjamin cumplió 11 años, sus padres se compraron un Mercedes-Benz: el C 250 Turbodiésel con cambio manual de la serie W 202. Después llegó el deportivo Clase C que conducía habitualmente su madre. Benjamin disfrutaba mucho viajando en él. Tras terminar la escuela, comenzó su instrucción como técnico en mecatrónica. “¡Era el trabajo de mis sueños! Y tuve suerte, porque mi empresa de formación era la distribuidora oficial de Mercedes-Benz, justo aquí, cerca de donde vivimos. ¡Una jugada perfecta para mí!”.

Para Benjamin, el W 108 tiene la carrocería más bonita de todas: el frontal, su perfil, la parte trasera…

EL RUGIDO DEL MOTOR V8

Actualmente, el vehículo habitual de Benjamin es un modelo más reciente: un Mercedes-Benz E 350 CGI Estate, serie W 212, fabricado en 2010. El Clase E jugó un curioso papel en su primera cita con Sarah, paramédica de profesión que trabaja como operadora en el centro nacional de llamadas de emergencia. “La primera vez que salimos juntos la recogí en el Clase E –cuenta Benjamin riéndose–. Le abro la puerta como un verdadero caballero, se sienta y… ¿qué es lo primero que hace? ¡Me pregunta cuál es la cilindrada del coche! Vaya, pensé: ‘No me esperaba esa pregunta’. Me dejó bastante impresionado”.

Sarah le devuelve la sonrisa y explica la anécdota: “A ver, Benjamin, yo ya conducía coches clásicos mucho antes de conocernos. Incluso había ayudado a reparar alguno”. Esa pasión que comparten por los vehículos clásicos les acerca a su segunda afición: el rockabilly y el rock and roll. ¿Qué vehículo conducen cuando van a bailar? El Mercedes-Benz 280 SE 3.5, como no podía ser de otra manera. “Me encanta el rugido de su motor V8. Me parece extremadamente reconfortante, y me fascina la potencia que transmite en la carretera. Para mí, todo eso es puro placer por vivir”, dice Sarah con entusiasmo. Benjamin destaca su perfil: “Me gusta mucho su frontal, su largo capó, su línea lateral elegante y simple, su parte trasera con sus estrechos faros envueltos en cromo…”.

La jornada en Uster no puede acabar de otra manera: con Benjamin al volante de su 280 SE 3.5 y Sarah de copiloto dispuestos a recorrer, una vez más, los maravillosos paisajes suizos que rodean su hogar. ¡Hasta pronto!

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