Los días de invierno son cortos en Sorsele, Suecia, en las proximidades del Círculo Polar Ártico. El sol se pone a primera hora de la tarde, y eso es lo que hace únicas nuestras sesiones de entrenamiento invernal en Mercedes-Benz. Los 20 coches de prácticas ya están alineados bajo la ventisca, sus faros resplandecientes, esperan a los participantes. En el iglú que sirve como recepción, nuestra estrella de tres puntas brilla gigantesca en la oscuridad.
Esta ceremonia nos prepara para una experiencia de conducción sin parangón: los participantes de nuestra Advanced Experience pondrán a punto sus habilidades al volante sobre un lago helado, a lo largo de tres días repletos de subvirajes, sobrevirajes derrapes, eslalon y circuitos.
En invierno, la temperatura media exterior permanece constantemente por debajo de los 10 grados bajo cero, lo que convierte a los muchos lagos de Sorsele en lugares ideales para esta clase de experiencias de conducción exclusivas. Mientras aterrizamos en el aeropuerto de Sorsele y tomamos el transporte hasta el complejo en el lago, perdemos la cuenta de los renos que salen a nuestro paso. De hecho, hay más renos que habitantes en esta zona. Los sami, un pueblo indígena, han perfeccionado la coexistencia con ellos. Algunas rutas incluyen una visita a los samis y sus animales como parte del programa.
El lago helado también es extenso, y el trazado especial diseñado por Hermann Tilke, el célebre arquitecto de la Fórmula 1, descansa sobre él. Tan pronto como termina la ceremonia de bienvenida, empieza aquí la primera sesión de prácticas. Si no queremos acabar derrapando sin fin sobre la nieve, se imponen las maniobras precisas con el volante y los suaves toques al acelerador y al freno. También es necesario dirigir el vehículo con puntería en la pista de habilidades y el eslalon. Vuelta tras vuelta, los participantes vuelan sobre el lago helado. Muchos de ellos son visitantes que repiten, entusiasmados por esta exclusiva oportunidad para bailar sobre el hielo con nuestros modelos Mercedes-Benz.
Eso sí, a pesar de este derroche de placer al volante, la seguridad sigue siendo lo principal. Los participantes completan sus ejercicios de técnicas de conducción bajo la atenta mirada de nuestros expertos instructores, mientras aprenden a mantener el control de su coche en situaciones de emergencia y, asimismo, comprueban las capacidades de nuestros sistemas de seguridad activa. Cualquiera que se haya aventurado a atravesar un lago helado sin controles electrónicos de estabilidad aprenderá a apreciar mejor la ayuda del ESP en su día a día.
Conducir sobre hielo no solo es un reto mental, también pasa factura física: es realmente agotador sentarse al volante durante varias horas seguidas manteniendo la concentración. Ciertamente se agradece desconectar en el Mercedes-Benz Lodge, una luminosa casa de madera situada a las orillas del lago. Allí entre delicias gastronómicas locales y bebidas frías y calientes, encontramos el refugio que nuestro cuerpo necesita. No hay nada como comprobar en primera persona el gran atractivo de los Mercedes-Benz Driving Events en Suecia.
