Entre cactus, nos citamos con la periodista Isabel Jiménez. A Madrid no podemos traerle su añorado mar Mediterráneo, pero sí rodearla de una de las plantas que la vio crecer en su Almería natal. “Me encanta. Es como tener junto a mí un trocito de mi tierra”, reconoce, emocionada, mientras se baja de su EQB. Son las cuatro de la tarde y acaba de presentar el informativo en una cadena de televisión nacional. Pero Isabel Jiménez no se conforma con poner voz y rostro a esos acontecimientos que cambian la historia, quiere formar parte de esa transformación y es una firme defensora del medio ambiente. En este particular camino, se ha convertido en embajadora de los vehículos eléctricos de Mercedes-Benz: “Compartimos valores fundamentales para mí, como es la sostenibilidad”. De su preocupación por la naturaleza, del amor que profesa a su profesión, de su familia… hablamos con ella mientras paseamos entre cactus.
En octubre 2020, publicaste el libro Y tú ¿qué harías para salvar el planeta? ¿Cuál es la respuesta a esta pregunta?
Hay muchos pequeños gestos que podemos hacer a diario: reciclar correctamente, reducir el uso de envases de plástico, consumir productos de proximidad, dar una correcta educación medioambiental a los más pequeños de la casa… Cuando escribí este libro, hablé con muchos expertos en la materia. Pensé que me iban a dar un mensaje catastrofista, pero fueron esperanzadores. Me dijeron que, si nos concienciamos todos y empezamos a hacer pequeños gestos, generaremos un gran movimiento que puede ayudar a cambiar las cosas.
¿Qué fue lo más gratificante de escribir el libro?
Todo. Cuando decidí estudiar Periodismo, quería hacer prensa escrita y fue la televisión la que me eligió a mí. Añoraba escribir de manera más profunda. También me ha permitido hacer muchas entrevistas, un género que me encanta. Lo complicado para mí era sacar tiempo para escribir, pero justo coincidió con el inicio de la pandemia y, como todos, pasé muchas horas en casa y pude darle un empujón.
Abanderas el movimiento No Plastic. ¿Por qué?
El plástico es necesario, pero hacemos un uso indiscriminado de él. Lo importante es que sea un plástico de larga duración, que tenga muchas vidas. Yo apuesto por la economía circular.
También eres embajadora de los vehículos eléctricos de Mercedes-Benz, ¿qué valores compartes con esta marca?
Con el equipo de Mercedes-Benz coincidí en unas jornadas de sostenibilidad en las que yo hablaba de mi libro. Me contaron los valores que defiende Mercedes-Benz con sus vehículos eléctricos y enseguida nos pusimos de acuerdo para colaborar. Esa apuesta por la sostenibilidad, la vanguardia y la innovación me pareció maravillosa.
Precisamente para hacer sostenibles tus desplazamientos conduces un vehículo eléctrico…
Sí, es muy gratificante saber que no necesita carburantes. Me mueve mi conciencia medioambiental, pero a eso añado las comodidades que me ofrece la conducción eléctrica: puedo circular y aparcar por Madrid sin restricciones, evitar atascos al poder coger el bus-VAO… Es comodísimo.
Supongo que lo utilizas también para hacer viajes largos en familia, ¿cómo planificas esos trayectos?
Viajamos a menudo a Almería y procuramos parar en los puntos de carga rápida. Esos momentos los aprovechamos para comer y para que mis hijos descansen. El EQB tiene siete plazas y, como yo viajo con dos sillitas de niños, es maravilloso para moverte con más familia.
Desde hace 15 años eres presentadora de informativos, ¿qué es lo que más te gusta de tu profesión?
La posibilidad de contar acontecimientos que cambian el curso de la historia. Siempre he sido una periodista de vocación, es un trabajo apasionante que cambia cada día.
¿Qué cualidades debe tener un buen periodista?
Primero, vocación; segundo, un amor profundo por la profesión; y tercero, trabajar con rigor, credibilidad y empatía.
¿Qué tipo de periodismo exige la sociedad en la que vivimos?
Nuestra función, más allá de informar como siempre, es equilibrar toda esa marabunta de información que hay en las redes sociales.
Presentando un telediario en directo, no te falta adrenalina. Sin embargo, eres una firme defensora del movimiento slow life…
Es un mantra que intento aplicar en mi tiempo libre, porque a diario no lo consigo. Mi vida es una locura con agendas imposibles y todo para ayer.
Como empresaria de la firma de moda Slow Love, ¿crees que la industria textil puede ser más sostenible?
Por supuesto. Es una de las más contaminantes del mundo, pero está bastante concienciada. Muchas de sus grandes empresas están haciendo una gran labor de investigación y apuestan por la economía circular. Pero como consumidores también podemos hacer muchas cosas. Por ejemplo, apostar por un consumo responsable de prendas a largo plazo y por marcas que utilicen tejidos sostenibles o reciclados.
Eres madre de dos niños pequeños, ¿cuál es tu mayor preocupación?
Tantas… Pero, sobre todo, quiero darles una buena educación y dejarles un planeta en el que puedan vivir.
¿Qué necesita Isabel Jiménez para ser feliz?
Mucho slow life (risas). La vida es cuestión de momentos que te proporcionan una felicidad fugaz… con la familia, con los amigos, con mis hijos, con mi profesión.
Acabamos de estrenar año, ¿un deseo de 2023?
Soy poco de deseos porque me gusta que me sorprenda la vida, pero pediría salud para todos, que eso siempre es bueno.