Decía María Zambrano, filósofa española de la Generación del 27, que “la cultura es el despertar del hombre”. Y en pleno siglo XXI, en una sociedad cambiante y diversa, esa cultura ha salido de sus espacios tradicionales (museos, teatros, fundaciones, galerías, etc.) para colarse en nuestra vida cotidiana desde diferentes frentes: grafitis, festivales callejeros, centros tecnológicos, hubs culturales…
Desde hace años, asistimos a una reconversión de espacios industriales abandonados como elementos del patrimonio social y cultural. Instituciones públicas e iniciativas privadas rescatan del olvido construcciones que se convierten en hervideros culturales. No se trata solo de mirar sino de interactuar y vivir una experiencia enriquecedora.
Hay múltiples ejemplos por toda la geografía nacional como el Matadero de Madrid. De gestión pública, es una pequeña ciudad dedicada a la cultura contemporánea con un amplio programa que abarca todas las disciplinas artísticas. Otra de sus principales líneas estratégicas es el apoyo al tejido creativo. Por ello, en 2017, creó el programa de residencias artísticas para brindar tiempo, espacio y recursos a artistas y creadores. “Nos decantamos por esta residencia porque dispones de un lugar de trabajo, acompañamiento durante el propio proceso, ayuda económica, materiales, recursos… Además, por su vocación pública, fomenta el intercambio de ideas y conocimientos”, enumera Ana Lozano, graduada en Bellas Artes, artista, investigadora, bailarina y coordinadora de proyectos.
Konvent, en Berguedà (Barcelona), se autofinancia. Es una fábrica textil en desuso (anteriormente, convento de monjas) transformada en centro artístico multidisciplinar, donde dan cabida a todos esos artistas que no encuentran espacio en teatros, museos y galerías. Entre sus muros, hay un área de coworking, una residencia para mentes creadoras, salas polivalentes acogen exposiciones…
En Cooltural Plans tratan desde 2015 de dar accesibilidad a la cultura. Comenzaron como un club de lectura entre amigas y ahora llevan organizados más de 200 planes con personajes de actualidad de todas las disciplinas culturales. Según Cristina Rodríguez, consultora de comunicación del club, “desde el inicio, la idea era ofrecer un triple descubrimiento: conocer a personajes de la talla de Fernando Trueba, Bárbara Lennie, Daniel Sánchez Arévalo, favoreciendo una conversación de tú a tú, sin tarimas, con los protagonistas del mundo cultural; en un espacio singular de Madrid; y acompañado siempre de un producto gastronómico, que multiplica el disfrute”.
Mercedes-Benz Art Collection
El arte es componente imprescindible del ADN de Mercedes-Benz, por eso inauguramos en 1977 Mercedes-Benz Art Collection, una de las colecciones de arte corporativo más importantes del mundo. Periódicamente, su directora Renate Wiehager presenta a los artistas más destacados de la colección. En la actualidad, ya cuenta con 3.000 obras al alcance del público general y de empleados en diferentes sedes de la compañía, incluso exponemos nuestras obras en otras galerías. Es el caso del museo Petersen de Los Ángeles, donde pudo verse, durante el último semestre de 2022, la exposición Andy Warhol: Cars Works from the Mercedes-Benz Art Collection en la que se exhibieron 36 serigrafías y 13 dibujos de ocho de nuestros modelos más emblemáticos.
Parafraseando al padre del pop art: “La idea no es vivir para siempre, la idea es crear algo que sí lo haga”. Y por suerte esa es la grandeza del arte.
