Grandes rocas se alzan medio metro por encima del suelo. Más piedras y raíces de árboles cubren los caminos. Calificar como ‘exigente’ el paso Schlechtweg del monte Schöckl, en la localidad austriaca de Graz, sería un eufemismo. Es, de hecho, un digno contrincante del amante del todoterreno, el desafío definitivo para vehículo y conductor. Por eso, cada nueva generación de nuestro Clase G debe superar sus 2.000 kilómetros de tortura para cumplir su fase de desarrollo.
Los caminos montañosos están estrictamente reservados a los profesionales: los pilotos de pruebas de Magna Steyr, nuestro socio de producción. Pero los entusiastas del offroad que sueñan con Schöckl pueden desquitarse, no muy lejos de aquí, en el primer G-Class Experience Center, una finca de 100.000 metros cuadrados al sur de Graz.
Los desafíos que propone el G-Class Experience Center no tienen nada que envidiar a los de las montañas de Graz. El entorno natural en un área boscosa incluye pronunciados ascensos y descensos, zanjas profundas, retorcidas y estrechas curvas… A veces con dos ruedas flotando en el aire, a veces sobre una pendiente tan inclinada que podrías tocar el suelo con la mano, definitivamente esto no es para los corazones cardiacos. Sin duda, la diversión al volante está garantizada.
Estos obstáculos pueden superarse al volante de cualquiera de los 40 Clase G que tenemos disponibles. Puedes conducirlo tú mismo, guiado por instructores profesionales, y experimentar cómo funciona su legendario diferencial bloqueable. Quienes deseen sentir nuestro Clase G volando por la ‘pista rápida del bosque’ tendrán que ocupar el asiento del pasajero por un momento, pero seguro que acabarán apreciando su icónico asidero del salpicadero.
Tras el excitante paseo a través del bosque, nos espera el Iron Shökl con una pendiente de 45o y un impresionante looping. No es apto para conductores temerosos, una montaña rusa a su lado se queda pequeña. La pista de maniobras en asfalto no es tampoco un desafío menor, pero sí mucho más rápido: los participantes llevarán al límite sus habilidades de conducción con nuestro Mercedes-AMG G 63 en un rápido slalom y en esquivas sobre suelo mojado. También experimentan lo que se siente al rotar un Clase G sobre su propio eje o detener sus 2,5 toneladas después de ir a toda velocidad.
Si necesitas un descanso después de tanta acción, la base “G Base” es el sitio adecuado. Una exposición dentro del reconvertido hangar explica la historia y la tecnología de uno de nuestros coches más longevos y contemplarás todas sus opciones de personalización con MANUFAKTUR. Además podrás ver de cerca el famoso Cubo de Ámbar: un Clase G de 1979 (primer año de producción) ‘encerrado’ en la estructura de resina más grande del mundo.
Solo unos pocos kilómetros más allá, este icónico todoterreno está preparándose para las aventuras del futuro. Nuestro Clase G 100% eléctrico completa sus últimos recorridos de prueba en Schöckl. Conserva el diseño tradicional del modelo, pero sus cuatro motores eléctricos, independientes y cercanos a las ruedas, buscan subir el listón de sus prestaciones offroad.
¿Cómo se comporta nuestra Clase G eléctrico fuera del asfalto? En el futuro, cualquiera podrá comprobarlo en el parque de aventuras G-Class Experience Center. Y no solo en Graz, también en Shaoxing (China), pues en 2023 abrimos allí otro G-Class Experience Center. Un regalo para los amantes de los todoterreno.