Comenzamos nuestro viaje por carretera a través de la provincia noruega de Viken, que se extiende alrededor de Oslo y limita con Suecia en el sureste. Nuestro compañero de viaje es el EQE, la berlina 100% eléctrica que te hará disfrutar de todos tus sentidos. La autonomía de su batería supera los 600 kilómetros, así que nos tomamos con calma el trayecto de hora y media que nos separa de la pequeña ciudad de Fredrikstad, donde hemos quedado con la arquitecta Line Solgaard, que diseña esas viviendas que son toda una joya. Gracias a la gran luna frontal y el techo corredizo panorámico del EQE, disfrutas de la ruta de una forma más consciente y es como ir flotando por encima del paisaje
Nuestro destino es la casa de fin de semana de esta arquitecta, cuya especialidad son las viviendas unifamiliares. A Line Solgaard le apasiona desarrollar soluciones para las necesidades individuales de cada familia y hacer de la naturaleza una extensión del proyecto.
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Conducimos el EQE por una zona residencial a pocos minutos del centro de Fredrikstad. Gracias al Head-Up Display, tenemos a la vista toda la información de tráfico. Si el coche de delante frena, el asistente DISTRONIC nos avisa. La suspensión neumática inteligente AIRMATIC ayuda al EQE a realizar sin esfuerzo el trayecto por un estrecho camino del bosque. Avanza con agilidad, incluso en las curvas más cerradas.
Casi no vemos la casa, está camuflada entre los árboles que la rodean. Aparcamos el EQE delante del edificio, sus bordes rectos contrastan con la elegante curvatura del coche. Desde la terraza de la casa se puede admirar el mar.
Line Solgaard llevaba cinco años buscando el terreno perfecto para construir esta casa. Al final, lo encontró. Aquí la naturaleza se muestra en todo su esplendor. Los cimientos de la vivienda se ‘integran’ en las rocas que no han sido retiradas de la parcela. Las formas que ofrece el paisaje crean el perfecto contraste con las líneas claras y la planificación precisa de la casa.
La parte arquitectónica más importante de la vivienda es el tejado en pico que gracias a su total acristalamiento deja entrar mucha luz natural a toda la vivienda. A los lados, el tejado cierra el revestimiento con paneles de roble biselados que han sido elaborados a medida y que juegan con la luz natural en función del día y la estación del año.
El edificio es cuadrado, con una escalera en el centro. Alrededor hay varios dormitorios, la cocina y un salón diáfano. Se han empleado casi exclusivamente materiales naturales, sostenibles y duraderos que, en las palabras de Solgaard, “envejecen con dignidad” y siguen adaptándose a su entorno con el paso del tiempo. Utiliza sobre todo madera de árboles cultivados en la zona. Un carpintero local fabricó casi todos los muebles a medida para aprovechar el espacio al máximo.
Solgaard no está de acuerdo con la idea de que las casas grandes significan más calidad de vida y cuando se le pregunta por qué la gente construye en lugares tan remotos, responde: “Añoramos esta naturaleza virgen. Nos aporta calma y puede que incluso nos ayude a estar más en contacto con nosotros mismos”. Volvemos a Oslo y establecemos ciertos paralelismos entre la arquitectura de Line Solgaard y el EQE. Casa y vehículo despiertan nuestros sentidos, ambos destacan por su atención al detalle, por la filosofía de trabajar con la naturaleza en lugar de en contra. Eso nos lleva a a disfrutar del viaje, de la naturaleza y de la vida.
