Sin apenas nubes en el cielo, el calor en Arlington es inconcebible. En Woodland West Park, parece que la primavera ha llegado con fuerza. El termómetro marca 25 oC mientras Satou Sabally tira una canasta para la cámara. Se estira con elegancia, aprovecha su propio rebote y lanza el tiro desde lejos. Con la foto hecha, corre hacia su EQS, que está aparcado en un extremo de la cancha, lanza la pelota al espacioso fondo del maletero y salta tras el volante. El climatizador, programado previamente con la app Mercedes Me, aporta un respiro en forma de frescor instantáneo. “Estoy encantada de contar en mi vida con el EQS, es muy cómodo. Me gusta conducirlo”.
Sabally pasa mucho tiempo a bordo de su EQS: los traslados a los entrenamientos diarios, los partidos, las ruedas de prensa, el psicólogo deportivo, los masajistas… Nos cuenta que le hace feliz poder conducir un coche eléctrico, incluso en largas distancias. Los hasta 770 kilómetros de autonomía del EQS dan para mucho. “Con todos los trayectos que tengo que hacer, marca una auténtica diferencia”. Sabally adora el tono blanco opalite del EQS y siempre ha tenido una debilidad por los Mercedes-Benz. En uno de sus reels en Instagram, bromea: “¡La S del EQS es por Sabally!”.
Satou Sabally tiene 25 años y ya es una de las mejores jugadoras de baloncesto en el mundo. Lleva jugando en la WNBA desde 2020. Nacida en Nueva York de padre gambiano y madre alemana, a los 9 años fue descubierta por un entrenador, y su primera visita a la cancha le fascinó. Campeonatos mundiales juveniles, una participación con la selección nacional sub-16 y un instituto especializado vendrían después, seguidos por un compromiso con la Universidad de Oregón.
El nombre de Sabally salió en el segundo lugar del draft, firmando con los Dallas Wings. Al año siguiente, se mudó a Arlington. Ha adquirido una casa y visualiza aquí su futuro. Le encanta conducir por la ciudad, siempre acompañada por sus canciones favoritas, que suenan a la perfección a través de los 15 altavoces del sistema de sonido 3D surround Burmester de su EQS, dotado con 15 canales separados y 710 vatios de potencia.
En las kilométricas avenidas residenciales tan típicas de Estados Unidos, los 449 CV del EQS entregan lo mejor de sí mismos: un andar suave y silencioso, no solo por la naturaleza eléctrica del propulsor, también por el aislamiento acústico, cuidadosamente elegido para dejar fuera todos los rumores de la rodadura. El EQS se mueve por el mundo con elegancia, la misma que Sabally emplea para atravesar las defensas rivales.
Hemos alcanzado el lugar de la última foto de hoy, un pintoresco local de hamburguesas con su cartel de neón retro. Satou Sabally aparca su EQS, entusiasmada con el escenario. Necesita volver a casa, pero aun así se las apaña para encontrar el tiempo para una última imagen. Cuando se compromete con algo, lo hace hasta el final.
