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Mercedes-Benz y el futuro de los océanos

El compromiso de Mercedes-Benz con el medio ambiente es global y a largo plazo. En ese camino, se enmarca la EQE Experience Lisboa & Nazaré que se celebró a principios de octubre en ambas ciudades portuguesas. Un viaje hacia el futuro de la sostenibilidad y la protección de los océanos.

28.10.2022 // Texto: Juan Scaliter // Fotos y vídeo: Nacho Tundidor

2 minutos de lectura
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El EQ Lounge Mercedes-Benz en Lisboa fue el punto de encuentro de los participantes de EQE Experience Lisboa & Nazaré. Construido en los muelles de la capital lisboeta (las Docas) con madera sostenible, se ha convertido en un centro neurálgico de la educación medioambiental. Allí trabajan en conjunto con el Oceanário de Lisboa (el mayor acuario de interior de Europa) en proyectos didácticos y científicos. El espacio está decorado por el colectivo Skeleton Sea, un grupo de surfistas y artistas que utiliza los desechos encontrados en el mar o en las costas para hacer sus obras de arte y concienciar sobre la salud de los océanos. Un tema que interesaba a todos los asistentes, que además tuvieron la oportunidad de escuchar la opinión de surfistas profesionales como Vicente Romero.

Tras conocer el EQ Lounge Mercedes-Benz en Lisboa, que cuenta con cuatro veleros, dos semirrigidos y un equipo de instructores, navegaron por el río Tajo ante la atenta mirada del Puente 25 de Abril, el Golden Gate lisboeta.

De vuelta a tierra firme, se pusieron al volante de diferentes modelos 100% eléctricos de Mercedes-Benz para recorrer los 120 kilómetros que separan Lisboa de Nazaré. Atravesaron pueblos de interior como Mafra y de costa como Ericeira para alcanzar la meca de los surfistas extremos.

En el mítico faro de Nazaré, visitaron el museo de tablas de surf, algunas diseñadas por Mercedes-Benz. Entre ellas, dos míticas: la que utilizó Garret McNamara para batir el primer récord del mundo al surfear una ola de 24 metros en 2011 y la que usó, dos años después, para romper ese registro al atreverse con una ola de 30 metros (equivale a descender por un edificio de 10 plantas a más de 120 km/h).

Buen broche para el primer día. Mientras los vehículos descansaron en las estaciones de carga eléctrica, los participantes recuperaron energía en el Hotel Val de Azenha. La segunda jornada arrancó con la visita al EQ Lounge de Mercedes-Benz en Nazaré, un espacio con un objetivo similar al de su hermano de Lisboa: madera sostenible, baterías de vehículos Mercedes-Benz adaptadas a la instalación eléctrica y una exposición de tablas de surf que dieron pistas del siguiente destino: el mar.

De la mano del equipo de Lino Bogalho, responsable de la seguridad de los surfistas que se atreven con las gigantes olas de 30 metros, se encaminaron a los muelles de Nazaré vestidos de neopreno para subirse en una tabla de surf con motor y en una surf foil, que se eleva casi un metro sobre las aguas. De nuevo subidón de adrenalina. Tras una década de aprendizaje, el equipo de Lino sabe exactamente dónde ubicarlos para que no corran peligro. No obstante, recibieron un sabio consejo: agarrarse bien a las colchonetas amarradas a los jet ski (actúan de salvavidas cuando los surfistas escapan de las olas). A ras del mar y viéndose perseguidos por toneladas de agua, se aferraron con todas sus fuerzas… a la tabla, a las cuerdas y al jet ski. Pero también a un planeta que precisa de iniciativas como las de Mercedes-Benz para seguir asombrándonos y asegurar el futuro de la sostenibilidad.

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